Cáncer de Colon

¿Qué es y cómo se trata?

El cáncer de colon se presenta en el colon o recto. La mayoría de las veces se desarrolla primero como pólipos colorrectales, que son crecimientos anormales dentro del colon que, más tarde, pueden convertirse en pólipos cancerígenos. Estos pueden detectarse mediante un análisis de rutina  y extraerse antes de que desarrollen un cáncer.

¿Cuáles son las causas?

El cáncer colorrectal no discrimina. Sin embargo, presentan mayores riesgos de desarrollar la enfermedad quienes tienen antecedentes familiares o personales de pólipos en el colon o cáncer colorrectal. Este riesgo aumenta luego de los 50 años y en quienes fueron diagnosticados con colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn o ciertos trastornos genéticos. También tiene mayor prevalencia en  hombres y mujeres de raza negra, indios norteamericanos, nativos de Alaska y descendientes de judíos de Europa Oriental (judíos askenazis).

También pueden adquirir la enfermedad quienes tienen un estilo de vida poco saludable. Por ejemplo: una alimentación con alto contenido en grasa y bajo contenido de fibras, consumo de alcohol, tabaco, falta de ejercicio regular y la no ingesta frutas y vegetales.

¿Cuáles son los síntomas?

Por lo general, durante las primeras etapas del cáncer colorrectal los individuos no tienen síntomas, pero puede haber sangre (muy oscura o roja brillante) en la materia fecal; dolor persistente de estómago, dolor o espasmo abdominal, y también pérdida de peso sin causa aparente.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

Más del 90 % de los casos de cáncer colorrectal pueden prevenirse con análisis de rutina.

La colonoscopía es el tipo de análisis más completo para detectar esta enfermedad, porque permite a los médicos identificar y remover los pólipos pre-cancerígenos durante el tratamiento.

Para realizarla el paciente recibe una medicación para estar sedado y que no sienta dolor. Durante el estudio, el médico observa el intestino grueso completo mediante un tubo largo y flexible (endoscopio) que muestra las imágenes en una pantalla de televisión. Por el endoscopio se introducen dispositivos que pueden quitar los pólipos de una forma mínimamente invasiva.

Otras opciones para el diagnóstico son la realización de radiografías del intestino grueso, una tomografía computada y un análisis de laboratorio de materia fecal para ver si hay sangre en las heces.

¿En que consiste el tratamiento? 

Luego de comprobar la existencia de pólipos en el colon mediante una colonoscopía, pueden extraerse en la misma intervención.  El tejido extraído es enviado para su análisis patológico para determinar si son cancerosos. En ese caso, el médico determinará si corresponde continuar con un tratamiento específico.

Por otro lado, el médico indicará si hay que repetir la colonoscopía y cada cuánto tiempo, de acuerdo al número y el tamaño de los pólipos removidos, y el tipo de tejido de éstos.

Prevención 

Para prevenir esta patología se aconseja realizarse los chequeos médicos que permitan una detección precoz; extraer los pólipos que aparezcan; realizar una dieta baja en grasas y rica en fibras. Así mismo, es recomendable tener un bajo consumo de alcohol, no fumar y hacer ejercicios regularmente.