Fibrilación Auricular

¿Qué es y cómo se trata?

La fibrilación auricular o FA es el tipo más frecuente de arritmia: un problema en la frecuencia o el ritmo del latido cardíaco en el que el corazón late demasiado rápido o a un ritmo irregular. La FA se produce cuando hay señales eléctricas desorganizadas que provocan una contracción o temblor incontrolable de fibras musculares (fibrillas) de las aurículas, que son las dos cavidades superiores del corazón. En la fibrilación auricular, la fuerza de contracción del corazón es menor de la debida. Esto hace que se acumule sangre, que puede formar coágulos. Si algunos coágulos se desprenden, pueden desplazarse al cerebro, donde pueden quedar atrapados en las arterias cerebrales, bloquear el flujo sanguíneo y provocar un ictus: un episodio cerebro- vascular que causa anomalías en la función neurológica y dura más de 24 horas. La fibrilación auricular puede ser breve, con síntomas que aparecen y desaparecen, y hay episodios que se resuelven por sí solos. Pero a veces es permanente, y ni los medicamentos ni otros tratamientos pueden restaurar un ritmo cardíaco normal.

¿Cuáles son las causas?

A medida que envejecemos, en especial después de los 60 años, el riesgo de tener Fibrilación Auricular va aumentando. La Hipertensión Arterial y la Enfermedad Coronaria están asociadas a la Fibrilación Auricular, al igual que otros trastornos cardíacos y pulmonares. Otros factores de riesgo pueden incluir stress, consumo de alcohol y café, comprimidos para adelgazar, el tabaquismo y factores congénitos.

¿Cuáles son los síntomas?

A veces las arritmias pueden pasar desapercibidas, pero otras pueden causar desmayos, mareos, aturdimiento, palpitaciones, latidos cardíacos adicionales o faltantes, debilidad, dificultad para respirar, y dolor en el pecho.

¿Cómo se diagnostica y en que consiste el tratamiento? 

Por lo general, el médico realizará un electrocardiograma (ECG), un estudio que muestra cómo las señales eléctricas se desplazan por el corazón, para diagnosticar las arritmias supra-ventriculares. Luego, el tratamiento dependerá de cada paciente y sus síntomas. Se consideran factores como la edad, el estado general de salud, antecedentes personales y familiares, si toma medicamentos para otros trastornos, causas subyacentes que pueden contribuir a la arritmia, la naturaleza y la gravedad de la arritmia y sus síntomas. El tratamiento de los pacientes con FA tiene como objetivo reducir los síntomas y el riesgo de las complicaciones graves asociadas a esta enfermedad, tales como el ACV. La piedra angular de la reducción del riesgo de accidente cerebrovascular en pacientes con FA es la terapia de anticoagulación oral. Además, existen estrategias no farmacológicas, como el cierre de la orejuela auricular izquierda, que ofrecen alternativas terapéuticas, por ejemplo para los pacientes con FA no valvular que requieren un tratamiento para la formación potencial de un trombo en la orejuela izquierda y tienen una contraindicación para el tratamiento anticoagulante. Estas intervenciones puntuales ofrecen una solución permanente para los pacientes con FA y eliminan la necesidad de un tratamiento con anticoagulantes orales de por vida. Además, se sugieren cambios en el estilo de vida, como una dieta más saludable, restringir o eliminar el consumo de café, realizar ejercicio con frecuencia, y dejar de fumar.

El Ictus o ACV

Según la OMS, el ictus o Accidente Cerebro-Vascular (ACV) es la segunda principal causa de muerte en el mundo; de los quince millones de personas al año que lo sufren, cinco millones fallecen y otros cinco millones quedan discapacitados permanentemente. Se calcula que la FA es la causante del 15 % de todos los ACV. La prevalencia del ACV en los pacientes con FA mayores de 70 años se duplica con cada década, y quien padece FA tiene una probabilidad cinco veces mayor de padecer un ACV que la población general.

¿Cuáles son los síntomas del ACV?

Los indicadores mas frecuentes son debilidad o entumecimiento repentino de la cara, de un brazo o de una pierna, más frecuentemente en un solo lado del cuerpo. Otros síntomas son confusión, dificultad para hablar o comprender el lenguaje hablado, dificultad para ver con uno o ambos ojos, dificultad para caminar, la pérdida de equilibrio o coordinación, dolor de cabeza intenso sin causa conocida, y desmayos o pérdida del conocimiento.